Es normal mientras estás viendo algún documental de BBC o NatGeo, pensar inmediatamente que quieres ver ese o esos animales de cerca, y de alguna u otra forma, confirmar todo lo que estás viendo en imágenes, pero la verdad, es que cuando estás ahí, en frente de un León, te das cuenta que no solo es verdad, es mucho más que eso.
Mi primer contacto con la vida salvaje africana fue en Namibia, un país sumamente desértico, con paisajes increíbles, pero también con mucha vida en sus llanuras y arbustos. Estaba a punto de entrar a uno de sus parques nacionales, Etosha National Park, y en mi mente sólo pensaba cuál sería el primer animal que lograríamos ver, cuando de pronto un oryx, uno de los animales más comunes en estas zonas y el animal nacional de Namibia, ya era para mí como estar viviendo una película.
Se manejan horas dentro de este parque nacional, ya que no sabemos dónde la naturaleza nos puede sorprender. La primer mañana en el parque, salimos en nuestra búsqueda, era como si estuviéramos filmando la película del Rey León, pero en la realidad, con el sol saliendo en el horizonte. Siempre en nuestro pensamiento está que queremos ver grandes felinos, pero la verdad es que hay que tener un poco de suerte, ya que no es tan fácil encontrarlos.
Nos llegaban rumores de guías que lograron ver leones cerca, pero entre arbustos, así que seguimos nuestro camino. A lo lejos algo se levanta, grande e imponente, eran dos leones jóvenes, que se dirigían al hoyo de agua. Ni en el pensamiento más optimista podíamos pensar que recién empezando, nos íbamos a topar con dos leones, pero ahí estábamos, con nuestras cámaras listas, tomando los primeras fotos de lo que se iban a convertir en miles.
Para horas de la tarde, cerca de nuestro hotel, nos quedamos sin habla al ver un rinoceronte negro acercase, actualmente, queda aproximadamente un 1% de la población total, por ende tener la oportunidad de fotografiarlo ha sido una experiencia única, más por el hecho que desgraciadamente, en unos años, pueda ser una especie que ya no exista más. De ahí lo importante de documentarla.
Así continuaron los días en este parque nacional, despertábamos con familias de elefantes cerca de nuestro campamento, era muy mágico, pero también era momento de seguir. Nuestro siguiente punto sería la reserva Erindi, más al sur del país.
Erindi es una reserva privada, con un territorio casi del tamaño de alguna provincia de Costa Rica, donde tuvimos la oportunidad de estar con algunos leones a escasos 5 metros, ahí sientes que un movimiento en falso dentro del carro de Safari, puede ser el último, pero es parte de la aventura, y parte del riesgo controlado que se debe tomar para retratar a estos enormes animales.
Pasaron días en nuestra aventura, y las oportunidades fotográficas fueron muchas, desde rinocerontes, jirafas, serpientes, cebras, leopardos, cheetahs, muchos elefantes y más leones, todo un espectáculo, Namibia había enamorado, pero era momento de continuar, y nuestra siguiente parada, era Botswana.